al paso de los años he dejado la escritura un lado, no sé si se trata de que en el fondo siento que no tengo mucho qué decir o que no sé si tenga receptor para lo que quiero decir.
al final, creo que debo retomar mi mensaje de término e inicio de año, porque al final es una reflexión, un recuento, un darme cuenta de lo que pasó y de lo que no.
comenzaré diciendo que 2020 me quitó pocas cosas; mi forma de vida y de trabajo hizo que en el orden mundial de la vida cotidiana no fuera un cambio drástico para mí. lo que cambió fue mi percepción de seguridad, no suelo ser afectiva con las personas en general. hay distancias que duelen, claro, pero que son temporales y como tales se asumen.
el resto de mis querencias están intactas, afortunadamente la enfermedad se ha mantenido a raya y espero que así continúe.
a mi alrededor tengo personas optimistas que confían aún en la humanidad, hay pensamientos generalizados de que 2020 fue un año de aprendizajes; yo no soy tan bondadosa, sigo pensando que el ser humano es egoísta y prejuicioso, no creo que sea capaz de aprender la empatía y la colaboración en comunidad. pero hay que apostar al futuro y trabajar...
Por mi parte agradezco el cariño y el amor que tengo; por ello, retomo mis propósitos de hace unos años y los complemento.
¿mis propósitos para 2021?más literatura, teatro y cine más paseos con Lovec
más charlas de café y vino con amigos reuniones con los sobrinos
alimentar el amor y la pasión con él, observar, fotografiar, colorear.
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